lunes, 30 de agosto de 2010

La vicitoria se va en el final: 1-1


No hay caso. Los merecimientos no cuentan y los porotos se suman de a uno. Rivadavia tendría que tener seis, pero tiene dos. El domingo pasado por no haber defendido bien, ahora por no definirlo y por un raro penal que facundo Díaz vio a los 42 del complemento. El equipo de Juan Carlos Pirez fue superior a Villa Mitre, mereció ganar en Bahía pero debió conformarse con el 1 a 1. De consuelo al menos sumó, aunque el resultado final tuvo sabor a poco.Como siempre en Bahía Blanca, Villa Mitre salió enloquecido a imponer condiciones. Apretó bien arriba, trató de arrinconar a Rivadavia y apostó todo al oportunismo de Carrillo y a la guapeza de Mc Coubrey; más las llegadas por afuera de Apud.

En ese tridente trató Benet de sacar provecho, por eso en los primeros minutos los defensores visitantes tuvieron bastante trabajo. Sin embargo, ese adelantamiento local generó algunos espacios que González por la derecha casi aprovecha a los siete, en la primera aproximación del partido. Las cuentas estaban claras, con un Tricolor metiendo mucha gente arriba y un Albirrojo tratando de lastimar con la contra. Porque la tenencia se hizo insostenible y el aguante fue la realidad de los primeros minutos.

Lentamente, más allá de que el dominio territorial siempre fue bahiense, Rivadavia respiró un poco más aliviado. No pudo hacerse de la pelota, es cierto; pero sus delanteros al menos inquietaron más. Con este acomodamiento visitante, al local le quedó sólo la pelota parada como arma de ataque. Cada centro fue una ceremonia en el área de Lacerre, ya que la altura favoreció al Villero. Pero se limitó a meter centros y centros; por eso el fondo local pudo responder con confianza. Esto estimuló a la ofensiva y lentamente el equipo de Pirez jugó más tiempo en campo rival.

Al punto tal que creó la jugada más clara con una doble opción de Esterlus y González. El control de Zúñiga fue vital para soñar con el gol, ya que el volante mostró su talento y contagió a su compadre García. Ellos son la usina futbolística de Pirez y cuando no tiene la pelota el equipo lo siente. Ayer debieron contener y jugar, por eso se tomaron su tiempo para encontrar los huecos. Pero cuando lo hicieron, mostraron el camino.

La presión de la gente podía ser un tema para el complemento. Es que el hincha local, que ayer llenó el Fortín, fue a ver una victoria de su equipo. Luego del cerrado primer tiempo, se esperaba un clima denso para el segundo. Con ese ambiente hostil tendría que lidiar el local, y, en el caso de la visita, aprovecharlo para su beneficio.

Quizás Pirez avizoró esta circunstancia de antemano y la trasladó a sus jugadores en el descanso. Porque Rivadavia salió a jugar a otra cosa, porque Dante fue cada vez más gigante y porque el que jugaba de contra era Villa Mitre. Se invirtieron los roles y, se sabe, con la pelota el equipo Albirrojo juega mucho mejor. Así creó dos claras en apenas diez minutos para romper el cero a los 15. Zúñiga habilitó a Aguirre y el chiquito se hizo enorme con un tremendo remate de larga distancia que venció a Cabral. Un “golón” para abrir un partido y potenciar los estados de ánimos: más presión para el local y tranquilidad total para la visita.

Esto quedó bien clarito con la reacción Villera. Los de Benet salieron desesperados a buscar a Lacerre, a la vez que los de Pirez trataron de sacarle ritmo al partido. Era tiempo de aguantar los embates, tratando de hacerse dueño de la pelota para manejar los tiempos. Sin embargo, la anarquía que propuso el local hizo del partido un interrogante, aunque la visita siempre estuvo mejor. González casi aprovecha esa locura tras un gran pase de Esterlus; García y su buen tiro libre; Agustín y el mano a mano con Cabral. El segundo estaba ahí, sólo faltaba acertar una. Pero no llegó.

Y casi sin querer, Villa Mitre tuvo su gran chance. Centro al área, Lacerre la bajó, un jugador local cayó cuando era marcado por López y…penal. Sí, Díaz vio una falta y así el local empató con Martínez. Otra vez en Bahía, otra vez un penal, otra vez las dudas. Como siempre.
Así terminó el partido. Rivadavia empató en uno y otra vez quedó la sensación de que perdió dos puntos, como ante Santamarina. Aunque ayer jugó mucho mejor. Y mereció mejor suerte.

Villa Mitre 1: Gerardo Cabral, Pablo Giménez, Guillermo Schwenzel, Alan González, Martín Poncetta, Diego Giamarchi, Rogelio Martínez, Claudio Apud, Nicolás Gororso, Mariano Mc Coubrey y Martín Carrillo. DT: Sergio Benet.

Rivadavia 1: Roberto Lacerre, Mauricio Le Pors, Lucas Vesco, Eduardo Bissio, Lucas Macías, Daniel González, Jonatan García, Dante Zúñiga, Alejandro Aguirre, Leonel Felice y Agustín Esterlus. DT: Juan C. Pirez.

Goles: ST 15m Aguirre (R); 42m Martínez –p- (VM)
Suplentes Villa Mitre: Fabio Bellido, Pablo Borges, Nicolás Díaz Bender, Cristian Fernández, Horacio Schumacher, Maxi Cantoni, Octavio Bilbao.
Suplentes Rivadavia: Pedro Recarey, Miguel Campos, Cristian Roca, Brian Visser, Facundo Graziano, Ale López y Maxi Bartoli.
Árbitro: Facundo Díaz (Ayacucho). Asistentes: Gustavo Corsini (Neuquén) y Mariano Rossi Ascensi (Escobar)

Fuente Consultada:http://www.lapostadelnoroeste.com.a