Mamita, mirá cómo pica ese wing. Mamita, mirá cómo cierran los centrales. Ah, hoy es imposible, hoy no se puede. Pero ese es Ale López, mirá cómo le gana a su marcador. Mirá a Agustín Esterlus, metiendo diagonales y complicando a todos.
Y el Turco García, eje del juego. Ah, Gonzalo Gho y Juan Pablo Manzoco son los dueños del medio. Los defensores pueden contra el tridente Fernández, Giménez y Tévez. Entonces se puede. Sí, se pudo. Rivadavia fue otro, Rivadavia fue pura acción, Rivadavia fue juego y esta vez Rivadavia fue gol.
Más allá de las importantes ausencias, Rivadavia fue Brown, jugó como el súper líder, se repuso de un golazo de 40 metros y a puro juego terminó con el invicto del mejor equipo de la categoría. Rivadavia 4, Brown 1. El Cuco roto, el resumen.
De entrada se respiró buen aire. Pirez paró un 4-4-2 con la idea de tener supremacía en la defensa y disputar 4-4 en el medio. Gho y Manzoco fueron más que Aciar y Ballestero, García se movió muy bien con la diagonal, López fue llegada por izquierda y Esterlus complicó junto a Visser con el vértigo.
Así, el anteúltimo fue más que el súper líder, pero este Rivadavia siempre tiene que sufrir. Cuando el local estaba para el segundo, Brown se puso en ventaja con el zapatazo de Fernández. En su primer tiro al arco, la visita estaba 1 a 0. Podrían haber sido dos, ya que en su segunda llegada La Bada le reventó el pecho a Lacerre luego de un tiro de esquina. Pero en llegadas el local fue, ya que creó seis claras. Dos de ellas merecieron una tremenda atajada de Pereyra. El Negro 1 mantenía en juego al puntero.
La cosa se intensificó en el complemento. Porque Brown se retrasó mucho, armó una doble línea de cuatro y se olvidó de atacar. Entonces, toda la responsabilidad fue roja y blanca. Y no pesó. A pesar de no encontrar los espacios finos, Rivadavia fue y fue, arrinconó a Brown ante Pereyra y al jugar tan cerca del arco de enfrente el gol podía llegar en cualquier momento. Así fue cuando Visser metió un gran tiro de esquina al primer palo, el Ave se elevó, la peinó y se llenó la boca de gol.
Esterlus puso el merecido empate y se armó otro partido. Porque las cosas se intensificaron, Rivadavia siguió ganando en todo el campo de juego y así el segundo estuvo bastante cerca. Hasta que llegó, de penal. Pereyra hizo una estupidez, le pegó a Gho tras un tiro de esquina y el árbitro le mostró la roja además de cobrar la pena máxima. García lo cambió por gol y comienzo de la locura.
Porque Brown ya no tenía para dar vuelta el asunto, porque Rivadavia tenía todo para liquidarlo. Y lo liquidó con un gol de cabeza del carreta González y con una escalada monumental de Esterlus. Ave Fénix, delirio Albirrojo. Rivadavia fue más que el puntero y dejó sin invicto al cuco. Si, el cuco quedó roto en Lincoln. Que empiece otro torneo. Esa es la esperanza.
Fuente Consultada: http://www.lapostadelnoroeste.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario